Círculo Vicioso
Karl Marx con su aclamada “Lucha de Clases” nos muestra como en la sociedad existen dos polos, los oprimidos y los opresores. El proletariado, al cual él define como los individuos que venden su mano de obra y no poseen los medios de producción. Y los burgueses, quienes tienen los fondos para la mano de obra, los que poseen los medios de producción. De aquí es que se desprende una relación que ha existido desde el comienzo de la historia. Una relación de explotación entre el proletario y el burgués. La llamada plusvalía. Y vaya que esta palabrita si se puede ver bastante en nuestros días, sobre todo en nuestra sociedad caracterizada por tener una mala repartición de bienes.
En Chile se observa una marcada división de clases sociales, la clase alta, media y baja. Tres peldaños divididos por chilenismos y hasta por letras. Clase alta generalmente conocida como “los cuicos, gente de ABC1”. Clase media: “media tirando para arriba o la gente de C2 y C3” y la clase baja conocida como “huachacas, cumas y los de D y E”. Es verdaderamente increíble como hasta para la división de clases nuestra sociedad tiene humor. Sin embargo ni de amor ni de humor se vive. Y eso más que claro lo tienen la clase media y baja.
Dejándose llevar por el pensamiento marxista sobre la lucha de clases. Éste sostiene que las relaciones entre ambos polos se caracteriza por se antagónica en su máximo grado y que los llevará irremediablemente al enfrentamiento. Es decir, que debido a la famosa plusvalía, la relación entre el explotado y el explotador jamás será una relación que los lleve a acuerdos. El explotado siempre deseará más y más ganancia sin importar el pasar a llevar al proletario, éste último será el que busque mejores condiciones, esto significa quitar ganancia al explotador. Y no hay que ser un filósofo ni pensador como Marx para darse cuenta de que el proletario no obtendrá lo que querrá. Por el contrario la brecha entre el obrero y el burgués seguirá en aumento.
Y aún así se continúa con la idea de que todas las personas son iguales, que todos cuentan con los mismos privilegios. Marx no lo cree así, él rompe con esta idea, ya que existe una gran diferencia entre las clases. Los que tienen el capital, el dinero, los medios de producción serán quienes tengan los privilegios y claro está por el contrario los que deben trabajar para quienes tienen los medios de producción.
Estos obreros y burgueses, la relación entre ambos, forman la base de una estructura, la base de una pirámide, que tiene es la punta, en su esplendor la todas las entidades, a las leyes, los gobiernos, etc. Quienes estableces las leyes de este juego. Y Karl Marx establece que para cambiar esta superestructura (leyes) se debe cambiar la relación burgués-obrero.
Sin embargo ya sabemos…por lo experimentado cada día de nuestras vidas, que para que algo así ocurra, se debería cambiar la mentalidad de los opresores…muchos años para lograr eso ¿No?
A fin de cuentas…todo esto se ha transformado en una cadena sin fin. En un círculo vicioso donde los burgueses seguirán a la cabeza y la clase trabajadora siempre seguirá bajo su yugo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario